ZURILMA ORTIZ RAMOS, PUERTO RICO

 


ZURILMA ORTIZ RAMOS

PUERTO RICO

Demoniza

Amanda, quiero que engullas el sabor de tu piel podrida para que conozcas el aroma del dolor. Te advertí una y otra vez que no me hicieras enojar, pero tú nunca me escuchaste.  Te dije que me las pagarías el día en que montaste las maletas al baúl para irte con tu Enrique. No me creíste.

Ahora observo todo desde el banco del jardín con un viento fresco y el sol calentando mi cara, tranquilo y feliz. Veo la diminuta ventana, la única que tienes para que tengas un respiro. ¡Bah! ¡Como si te lo merecieras! A veces, veo tu carita asomada, agarrándote de las barras queriéndolas arrancar, pero solo pierdes fuerzas. Todavía recuerdo tu rostro hermoso, tus ojos caramelo, la boca chiquita y seductora y la piel con olor a vainilla.

Te amé tanto que perdí mis sentidos.  ¿Por qué te empeñabas en hacerme enojar? Cada vez que paseabas tu mirada sobre algún hombre que se acercaba o que te miraba.  Era culpa tuya que me diera coraje, era tan fácil, solo tenías que bajar la mirada o cambiar de dirección para que ellos no te notaran. Veía en tus ojos lo mucho que te gustaba lucir tus carnosas nalgas o tus tetas copa c bien formadas. Tú no entendías que eras mía, eres mía, siempre serás mía.

La casa ya huele mal, el olor sale hasta afuera.  Tendré que limpiarla porque los vecinos se están quejando y no quiero problemas. Se extrañaron el día que ordené poner unas barras en la ventana del cuarto del jardín; más aún cuando vieron la grúa que se llevaba tu auto.  Muchos me han preguntado por ti con miradas sospechosas, como si intuyeran algo. ¡Perros! Que se los lleve el diablo, ellos te aconsejaban que me dejaras.

La falda corta, el pelo suelto oliendo a dulce de coco, tan maquillada y arreglada como si fueras a un baile y esa boca roja, maliciosa, pecadora… por eso muchas veces tuve que rompértela para que aprendieras a respetar a tu novio. Sí, ya sé, fue por eso que te fuiste a los brazos del doctor Enrique Vallejo, el terapista psicológico. Fue él quien te hizo cambiar. Ya no eras tan dócil y ahora te me revelabas pérfida, mentirosa, altiva, y conmigo que te he cuidado siempre bien. Me lo negaste, lo sé todo. Yo los vi mi’ja, no me lo niegues más.  Estabas en el estacionamiento de la clínica, llorabas y lo abrazaste y él a ti, consolándote mientras te ligaba el culo y te sobaba. Por eso hoy estas aquí.

Hoy voy a darte un espejo para que te mires. Voy a disfrutar cuando veas que ya no eres hermosa. Anda, exhíbete por ahí con tu enamorado, a ver si va voltear la mirada por lo que queda de tu sedosa cabellera y observe tus dientes podridos, negros y malolientes. Que trate de besar tu boca deformada. 

Has tenido la suerte de dormir en casa. No te abandoné yacida en la acera de alguna calle a la deriva. Ahora te vas a podrir en el infierno de donde salen las mujeres como tú: demonios que el diablo envió al mundo para tentar a pecar a hombres buenos como yo.

 


Género: Colección de cuentos
Editorial: Lamaruca, Gesta Cultural Vitrata
Colección: Imago
Año: 2015
Arte: Jorge L. Matos

AUTOBIOGRAFÍA

Nací un 29 de febrero de 1976 en Río Piedras, San Juan. Completé un bachillerato con concentración en Finanzas de la Universidad de Puerto Rico y estudios post graduados en Relaciones Laborales de la Universidad Interamericana de Puerto Rico.

He tomado varios talleres de escritura, talleres de cuentos y novela, con Yolanda Arroyo Pizarro, Emilio del Carril, Rubis Camacho y Mary Ely Marrero-Pérez. Mis microcuentos “Infiel por primera vez”, “La espera de don Pedro” y “Anzuelo” son parte de la antología Escritos de gaveta y “Recuento”, de Escritores por el mundo. Soy parte del grupo de escritores de Te lo cuento en breve, antología de microficción en la que también perfilan estos textos.

La literatura en un concepto personal, significa la expresión y mezcla más pura de los sentimientos y el lenguaje. Es el medio que un individuo utiliza para decirle al mundo quién es, qué desea, pronunciar sus posturas, prejuicios y hasta sus demonios y voces ocultas, y por eso escribo yo. Escribir me permite transmutarme en mis personajes, tal vez hablar desde un punto de vista opuesto al mío, o quizás, arriesgarme a expresar aquello que jamás de otro modo habría dicho. Mi objetivo y finalidad es hacer que mi voz se oiga alto. Estoy segura de que hay en el mundo quien quiera escuchar lo que tengo que decir y comparta mis visiones.

El cuento es un modo sencillo y corto de expresión. Contar una historia, un suceso que vaya al grano y de forma contundente, plasmar una acción. Actualmente coqueteo con el género de la novela, hacer historias más complejas e incluir otros personajes.  Incluir otras voces con distintos caminos, pero con un mismo final. Pero eso, aún está en pañales. Trabajo, además, con un libro de cuentos, esta vez desde el punto de vista de los hombres. Serán las historias de hombres engañados y manipulados por el poder femenino y como las estratagemas de las mujeres los llevan a tomar acciones radicales y drásticas en su vida.

Once herederas de Julia y un perverso es un proyecto muy especial, no solo por ser mi primer libro. Esta colección de cuentos ha sido el fruto de experiencias personales que marcaron mi vida.  De hecho, la transformaron e hicieron que me convirtiera en una mujer distinta. Los sucesos perversos que llegan a nuestras vidas y nos llevan a tomar decisiones sin marcha atrás y que cambian tu destino.

Profesionalmente, este trabajo es un compendio de la lucha diaria de las mujeres del siglo XXI.  Las voces del maltrato, del silencio, del rencor y el dolor.  Es un camino ya andado y repetitivo en la vida de todas las féminas del mundo. Es un viaje desde la realidad a la fantasía de todas aquellas a las que el sufrimiento les ha hecho perder la perspectiva, el camino, el destino sus vidas llevándolas al éxito o al fracaso. Es un viaje sin regreso al interior de una mujer. 

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