TANIA ANAID RAMOS GONZÁLEZ, PUERTO RICO

Tania Anaid RamoS GONZáLEZ

PUERTO RICO

Del poemario INVISIBILIDADES:

MUJER BORRADA

Imagen ausente de un resquicio atisbo

en tierra de nadie con mirada ajada;

tibia luz dormida, “a la vez fugada”,

tenue fragmentando un susurro ido.

 

Qué desmán osado te ha borrado, dime,

sin sentido viajas tras la sombra azul,

distraída vagas como errante albur

puesta sin aliento ni lugar de origen.

 

La ciudad quemada, habitante herida,

construye volutas, moja tu silencio;

has recién llegado con tu voz perdida

 

tropezando versos, sudores, alientos,

zigzagueando el margen de tu piel acida

de golpe enredada, de golpe lloviendo.

ESCONDIDA

Me escondo frente a las palabras

y debajo también... 

en un país que practica la necedad,

mientras los serafines de la lengua

adornan en secreto las sibilantes obnubiladas,

mientras las complicidades son sememas

y los temores, lateralidades que los morfemas olvidan

en un país que mutila sus sueños.

 

Me escondo frente a las palabras

y debajo también.

ME AFERRO 

Me aferro a mis raíces llenas de ausencia

y a la antigua melodía de lugares sin tiempo;

a las invisibilidades que preludió la lluvia

escondidas discretamente bajo los troncos viejos.

 

Me aferro a la tinta humana que originó el alma

y al juego sutil del viento contra lo eterno;

a la mirada azul que late en otra mirada

y al ramal nocturno que vibra en mi silencio.

 

Me aferro a la huella insondable del amanecer

que arpegia lágrimas y sonrisas en el cuerpo;

a la constelación ajena que nutre de luz el mar

y a esta isla de tempestades, querencias y deseos.

 

He buscado en los parajes prístinos del corazón

lo que la noche oculta sigilosa en sus adentros

y he visto cerrarse puertas sin tregua ante el dolor

y también cómo una herida bebe del sol sus misterios.

 

Me aferro al hilo rojo que la memoria bordó,

intangible entre las venas, temerario, como el fuego,

y al poema viejo y roto que el amor reparó,

y a la tierra, cuna sagrada de mis ancestros.

 

Me aferro a la vida, siempre río, siempre sol,

paridora de horizontes y creadora de universos...

y a la raíz del beso que tu nombre susurró,

y a mis hijos, y al poema, y a la danza y al aliento.

Del poemario LLUEVE:

DE DÓNDE

De dónde…

esta atracción por el silencio y la lluvia,

por el estallido mutilante de la quietud,

por las palabras que murmuran latitudes

y descifran latidos en medio de la sombra.

¿Acaso el océano conspira a ser voz en el labio del agua?

¿Acaso la oscuridad del silencio

es palabra en el verso de la lluvia?

No importa que la metáfora se repita

en su infinita hambre de ser algún día luz.

No importa que se echen a rodar en el tiempo

las palabras no leídas.

Mientras allá afuera se museifican

individuos y poderes;

acá solo hay silencio y lluvia en mi poesía…

sin saber si a alguien le importa,

sin saber si alguien entiende…

sé que en este aquí, se me va la vida.

AQUÍ LLUEVE

Aquí llueve…

y mi pecho es un parterre de amapolas

inundado de sol;

quisiera no repetir metáforas, me digo inclemente,

desde los asideros vanguardistas anclados

ultraístamente en la memoria.

CUANDO TE DIGO AZUL

Esta lluvia que ciega los cristales.

JORGE LUIS BORGES

Cuando te digo azul,

veo la llovizna detrás de la sombra

esquivando la mirada.

 

Si te digo azul,

se «aúpa» la tristeza en la esquina

silenciada.

 

Cuando digo azul,

el aire golpea la lluvia

y un aguacero

encumbra los cristales rotos de mi mar.

LLUEVE EN EL VIAJE PRIMITIVO

Llueve

en el viaje primitivo que encara la humanidad,

y el agua de todos los tiempos

transporta en los márgenes eólicos

nuestras pisadas,

¡oh, invisibles pergaminos teñidos de dolor!

 

Llueve

pluridimensionalmente

en el rostro sobrepoblado de la vida

y sigue siendo un milagro

caminar con los pies mojados

en el bendito zaguán del corazón.

EL POETA

Moisés se interesó por la poesía cuando empezó a estudiar literatura en la universidad. Su amor por las letras fue tan grande que quiso conocer a uno de esos poetas raros, de esos autodidactas que admiras de lejos, pero con los que nadie quiere entablar una conversación por incomprensibles.

El poeta de a pie, de esos con los que te topas en la calle y no en la academia, era un erudito en filosofía y poesía a pesar de no haberlas estudiado formalmente en la universidad. Había publicado seis libros de poesía y tres de filosofía. Además, creó, como propuesta estética, un nuevo sistema ortográfico. Sin embargo, apenas podían leerse sus textos porque las palabras estaban escritas tal cual sonaban, sin tomar en consideración ninguna regla. El lector tenía que emprender una ardua tarea para construir y comprender el texto. Tocaba colocar las comas y los puntos, separar los párrafos, acentuar las palabras… En ese intenso trayecto se perdía el mensaje, así que muchos optaron por no leerlo y solo escucharlo cuando se presentaba en recitales. Su poesía, sin duda, era de las mejores, pero adentrarse a esa jungla polivalente de sentidos en la que apenas se podían reconocer las palabras era un gran desafío.

La curiosidad de Moisés por entender a Daniel fue tan grande que logró concertar una entrevista con el poeta, quien le pidió a cambio que lo llevara a ver el mar. El bardo no tenía transporte, vivía en un pueblito aledaño a la universidad y apenas se sostenía con lo que lograba vender de sus publicaciones. Aquella tarde, el poeta no paraba de elucubrar… Schopenhauer, Spinoza, Valery, Mallarmé. Fue intenso y agotador para Moisés, pero muy productivo, aprendió cosas que de seguro la universidad no le iba a enseñar. En el fondo, entendió por qué nadie le podía seguir el paso, la mente del genio viajaba a la velocidad de la luz, no daba tregua a asentar ninguna idea, todas las hilvanaba en un tejido misterioso y enigmático. Sus ojos oscuros, como aquella noche cerrada, volaban, parecían despegárseles del rostro, zigzagueantes ante las ideas que se le desbordaban una tras otra. Quien lo hubiese visto de lejos, habría pensado que estaba loco, pero era un loco sabio, que a falta de amigos y familia no podía dejar de hablar ni reflexionar. Una vez irrumpía su imaginario, no había vuelta atrás. Moisés, deslumbrado, trataba de entenderlo, mientras Daniel se mantenía en su divagar filosófico.

A Moisés se le hizo difícil regresarlo a la cotidianidad de aquella noche oscura. Lo condujo, como pudo, hasta el auto, siguió la conversación con normalidad y lo llevó a su casa. A Daniel parecía habérsele desbordado el mar, tanta palabra junta no era fácil de organizar. Quizás el mar había provocado aquella reacción extraña en el poeta que sería imposible detener. Ahí fue cuando Moisés recordó aquella corta historia en la que un padre lleva a su hijo a ver el mar por primera vez y este enmudece por unos segundos ante su hermosura. Pero a Daniel le había sucedido lo contrario, y las palabras escapaban al entendimiento, como en sus libros. Moisés, con sus enormes ojos azules, creyó descifrar parte del enigma y años más tarde, en sus investigaciones, nos devolvió coherentemente, más allá del mito, al poeta.

 

*Fotógrafo: Javier del Valle

BIOGRAFíA

Tania Anaid Ramos González, conocida internacionalmente como AZULA, nació en San Juan, Puerto Rico, el 14 de mayo de 1971. Es poeta, escritora, columnista en diversos periódicos y revistas digitales de Hispanoamérica y fue bailarina y coreógrafa. Su padre es José Luis Ramos Santiago (1940-) y su madre, Diana E. González Aulet (1946). Es nieta de la activista puertorriqueña y luchadora de los derechos de la mujer e independencia de Puerto Rico, Lolita Aulet Concepción (1928-1984).

Posee un doctorado en Filosofía y Letras de la Universidad de Puerto Rico (UPR) del Recinto de Río Piedras. Ha sido profesora en distintas universidades de su país. Fue correctora de pruebas de la Revista de Estudios Hispánicos (1996-1999) y de la Revista de política y cultura Apuesta (2005-2010). Dirigió durante dos años el Programa de Pruebas PIENSE en el College Board de Puerto Rico y América Latina y fue durante 16 años coordinadora, especialista y gerente de pruebas de español de la prueba para la admisión universitaria en Puerto Rico y Latinoamérica. Actualmente, es codirectora del Centro Lingüístico, Literario y Cultural del Caribe (CLLCC).

Sus investigaciones académicas se centran, principalmente, en el género de la poesía. En el 2002, ganó el Premio Gertrudis Gómez de Avellaneda otorgado por la UNESCO por su investigación dedicada a la idea de muerte en la poesía de la uruguaya Idea Vilariño.

Ha publicado poemas sueltos y prosa poética en periódicos de Puerto Rico y en antologías internacionales. Es autora de los poemarios AZULA (publicado en la red en el 2011), Invisibilidades (Editorial Areté Boricua, Puerto Rico, 2020) y Llueve (Ediciones Kuelap, Perú, 2021) y de los libros de cuentos Piso 13 (inédito) y Érase una niña en Boriquén (inédito).

Página: https://www.azulapoeta.com/

Correo electrónico: azulamia@gmail.com

Enlace para la venta de INVISIBILIDADES: 

https://www.editorialareteboricua.com/product-page/invisibilidades

Enlace para comprar LLUEVE: 

https://www.amazon.com/-/es/Tania-Anaid-Ramos-Gonz%C3%A1lez-ebook/dp/B09KZ9NFM8?__mk_es_US=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&fbclid=IwAR2PDS0NplxgeRvX8f30iQhZX-laKqninBvHgUHdwMl0StBSdP-jTsbp8VI



 

 


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