DIOSA REGALA GOZO, MARY ELY MARRERO-PÉREZ, PUERTO RICO
No; no me conozcas
ni me digas tu nombre. Arrodíllate y veme aquí yacida. Tócame el pulgar del pie
derecho con el índice de tu mano izquierda. Pretende que soy alguna a quien
amas en secreto o bien otra a la quien no, pero te complaces en mirar. Deposita
la mano entera en cualquier piel de mis piernas, como cuando vas a la playa y
confundes la arena en la que dejaste tus huellas porque ya son demasiadas las
marcadas. Muérdeme las pantorrillas. Hazme recordar que un día caminé hacia
afuera de este aposento y sin busca urgente de colchón. Lámeme las rodillas que
ya no se hincan por falta de fe. Recuerda que tú alguna vez la tuviste, pero no
te lamentes por haberla perdido, porque así diste conmigo, con ellas, con
todas. Búrlate de mis muslos con mordidas. Veme reír y cierra los ojos. Piensa
en la sonrisa de tu madre, a quien abandonas por temporadas no festivas, única
razón por la que te avergüenzas de tener clandestinidades con alguien como yo.
Sepárame los zancos y sumérgete en la lingüística aplicada.
No; no me pidas un
nombre. Recibe ahora solo mis gemidos entonados con desamor. Cázame los senos
con los dedos como si desconocieras lo que es tocar un cúmulo de piel parecida
y recuerda con ellos tus lejanos catorce años. Ven; amamántate de carne seca.
Abre los ojos. Empúñame el cabello y dime lo que quieras, pero susurrado al
oído y que tenga ritmo, cadencia, rima… hacia adentro. Balancéate como un
péndulo que, en tiempos irregulares, se mueve a lapsos de cismo.
No; no quieras
nombrarme. Desgústame la boca que sabe a lo que una uva cuando la experiencia
la convierte en pasa. Inicia una prolepsis hacia el gusto. Abandónala para que
no te domine la imaginación. Cree que yo no la abandono y que me permito más.
Sustitúyela por una analepsis de los tiempos mozos en los que todos quisimos
ser eternamente amados sin que diera resultado. Descansa un poco y suspira
mucho. Hiperboliza ahora y reconstitúyete. Pregúntame mi nombre. Pídeme que lo
repita. Cuestióname al respecto. Prepárate para una lírica accionada: extráñate
con esta irreverencia de nombrarme. Jadea mi nombre, repítelo y grítame uno tan
distinto al mío que nos haga dudar. Desplómate sobre mis huesos y musítame un
“¡Gracias, Diosa!”. Lamenta no conocerme, aunque me has nombrado. Entristécete
por tener que marcharte cabizbajo a la rutina de soledades sin metáforas y,
sobre todo, considera volver mañana.
No; no pagues más de lo acordado. Entiende que solo cobro por sexo… mis poemas son gratis.
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Se trata de "Amantes en la naturaleza", una pieza de óleo sobre lienzo del artista polaco
Maciej Ciesla. Pulsa el título de la pintura para que obtengas mayor información.
La prosa poética "Diosa regala gozo" es parte de la antología de poesía erótica
SOBRE LA PIEL de la Colección Argema de Lamaruca, Gesta Cultural Vitrata.
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